
Desde los teléfonos móviles a la realidad de los vehículos autónomos, la economía de consumo ha empezado a aprovechar el poder de las redes neuronales del Deep Learning. El Deep Learning ha surgido como una tecnología base en el reconocimiento de voz, texto y facial que usamos en nuestros teléfonos móviles y dispositivos que pueden llevarse encima. Ahora están empezando a usarse en muchas otras aplicaciones, desde diagnósticos médicos a la seguridad en Internet, para predecir patrones y tomar decisiones empresariales fundamentales. Esta misma tecnología está migrando ahora a prácticas de fabricación avanzadas para una inspección de calidad y otros usos basados en criterios propios.